Es un jugador polivalente con alma de líder dentro y fuera del vestuario. Esas características le hicieron brillar
en el filial madridista. En 2005 capitaneó al Castilla y fue una de las piezas clave en el ascenso a Segunda
División. Una gesta que llegó tras 14 años de espera.
Fichó por el Deportivo de La Coruña unos años más tarde pero su explosión como lateral se produjo en
Liverpool. Gracias a sus brillantes actuaciones con el conjunto inglés, Álvaro Arbeloa se ganó un hueco en el
Real Madrid y regresó a la que siempre había sido su casa.
La selección española también llamó a su puerta. Su primera gran cita como internacional se produjo en el
verano de 2008. Formó parte de los 23 jugadores que conquistaron la Eurocopa de Austria y Suiza y repitió
presencia en la Copa del Mundo de 2010 y la Eurocopa de 2012
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